Les cuento sobre el resultado de mis clases de canto, un mini proyecto con gran satisfacción
Como les he contado, yo todas las semanas llevo cuenta de las horas que invierto a través de las diferentes actividades que realizo. Con esos datos voy llevando unos resúmenes y gráficos.
Entonces mi gráfico al final de la semana está lleno de pedacitos, tipo tajaditas de un pastel, unos más grandes que otros y de diferentes tipos de tareas, por ejemplo de trabajo, proyectos, hobbies, de cosas personales y más.
En esta ocasión les quería contar de este pedacito del gráfico en específico, una de las tajaditas azules, corresponde a mis clases de canto por tres meses. Es la cantidad de horas que le dedicaba por semana.
Así, a puro cálculo:
¿Adivinan cuánto tiempo le dediqué durante los 3 meses?
Antes de darles el detalle, les voy a contar algo:
Tomar clases de canto era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. Cuando ya casi salía del TEC, de mi universidad, a finales de 2018, según yo me iba a tomar un año sabático de solo trabajar (eso decía yo), porque esos cuatro años de universidad habían sido tan intensos, que según yo me iba a dar un año sabático de no hacer proyectos de emprendimiento. Es decir, me dije algo así:
“Bueno, el otro año “solo” voy a trabajar, con mi trabajo más fijo, y lo que voy a hacer es me voy a meter a cursos relax de diferentes cosas”.
Entonces, de esos mini proyectos relajados que yo me imaginaba, el primero que me venía a la mente era clases de canto. Me quería sacar una espinita que tenía, entonces yo me decía: “y voy a cerrar ese proyecto con una presentación en algún lado”. Porque normalmente las academias de música, cuando uno lleva un curso de un instrumento o de canto, al final del semestre o del periodo se suelen hacer recitales, donde los estudiantes se presentan con una canción.
Así me lo dibujaba yo en la mente.
Pero, por dicha, la verdad, desde finales de 2018 e inicios de 2019 me empezaron a salir muchas oportunidades y muchos proyectos a los que no les quise decir que no; y que por dicha no les dije que no. Así que como ya algunos saben, 2019 fue súper intenso para mí (en el mejor sentido de esa palabra). Aún así, entre finales de 2019 e inicios de 2020, hice clases de baile, de piano, de boxeo y dibujo, hasta que por fin le llegó el momento a canto en mayo de 2020.
¡Biennn!
Por cierto, luego les cuento de baile, mi esguince, boxeo, dibujo y piano.
Canto fue en parte aprovechando esto de la pandemia, en la Academia donde llevo piano comenzaron a dar clases virtuales, y eso significaba ahorrarme el tiempo de transporte, por lo cual me resultaba mucho mejor.
Mi meta con estos cursos tipo hobby, es probar cosas nuevas durante tres meses. Conocer de todo un poco. Ver si me gusta y si luego quiero seguir. También pasarme a mí misma por el reto de que si no me gusta mucho, o de pronto siento ese impulso malévolo de la pereza de seguir por la falta del hábito, entonces no dejarme desistir y quedarme al menos los tres meses.
En el caso de canto desde el principio sí nació como una meta de tres meses porque después ya tenía pensado con qué seguir. Aunque sí estuve muy tentada a quedarme, a ver cómo organizar el tiempo y seguir, pero al final decidí cerrar con el trimestre.
Regresando a lo del gráfico:
La semana antepasada, cuando terminé, hice los cálculos con mis tablas de tiempo semanal, y el resultado fue:
- 12 semanas de clases.
- 22 horas invertidas, entre clase y práctica.
- Es decir un promedio de 1.83hrs por semana a Canto.
Evidentemente se debería practicar mucho más. Pero ese es el tiempo que yo le podía dar.
Para mí fue un éxito total.
Hacer el gráfico hace más tangible para mí, el hecho de cómo una porción tan pequeña de un gran bloque de tiempo, puede generar tanta satisfacción. Una vez más concluyo, que la cantidad de horas que una tarea nos demanda, no siempre es directamente proporcional a la alegría que nos genera (u otros sentimientos).
No sé realmente el % de avance, si fue menor al que se podría esperar o mayor, pero para mí fue la nota máxima. Logré mi meta.
Me sentí muy feliz al ver el resultado, porque si pensás en el gran panorama de lo que son las 168 horas que tenemos cada semana para explotar y disfrutar la vida, hacer las cosas que tenemos que hacer y las cosas que queremos hacer, pues 1-2 horas es alrededor del 1% de ese tiempo.
Es tan pequeño que se nos puede hacer efímero, y tan así es que fácilmente lo puedo consumir hasta en las transiciones entre una tarea y otra que a veces uno se queda por ahí distraído leyendo algo en redes o lo que sea, y se le pasa un rato. Pero no es efímero, porque lo que se puede hacer en ese tiempo incluso puede llegar a cambiarnos la vida, o la de otros.
Mi punto es, que creo que para muchas personas, no sería tan difícil pellizcar un 1% de su semana y probar hacer algo nuevo, o algo que hace mucho traen en la mente.
Ese 1% a mí me dejo:
- Una satisfacción grandísima.
- Una paz de haber hecho algo que hace rato quería.
- Conocer a mi profesora, que es experta en que lo que hace y me enseñó mucho.
- La parte social de interactuar con otras personas, y de diferentes ocupaciones a la tuya. Eso me gusta mucho.
- A nivel de canto, a mí me gusta mucho cantar todo el día, así que si mejoré aunque sea un poquito me ayudará a no lastimarme en el intento, y no hacer sufrir quien tenga al lado (¡¡estoy bromeando!! Obvio).
- En mi caso que me gusta mucho grabar audios, videos y dar charlas, todos estos ejercicios de respiración sé que me van a ayudar montones. Eso me emociona.
- Hubo otro tema también que me gustó mucho. Fue el de combinar relajación+concentración+coordinación para lograr los ejercicios de calentamiento completos. ¡Fue difícil! Pero es una gran lección que me será sumamente útil.
Quiero que algo quede muy claro: Que para mí una disciplina pueda ser un hobby o un proyecto temporal, no quita que siempre procuro entrar con todo el respecto que se merece el profesional que me va a transmitir ese conocimiento. Cada actividad que he realizado, he podido ver cómo es un mundo gigante de información, capas y retos para quién es una profesión. Eso me causa muchísima admiración, y demasiado agradecimiento de poder aprender aunque sea un pedacito de ese mundo.
Disfruto mucho esto de llevar nota de mis tiempos y luego verlos en gráfico. Para mí es muy gracioso e interesante. Honestamente es algo que me divierte. Pero yo sé que no todos lo vemos así, y está bien.
Yo les comparto este resultado porque me emociona, y me gusta contar las cosas que me emocionan. Lo hago con mis amigos y familiares. Lo hago con asombro y satisfacción. En el fondo es también porque me gustaría tanto que alguien más pueda sentir eso que yo estoy sintiendo. Si al yo compartirlo con los demás, provoco que otra persona se antoje y vea como algo alcanzable sacar 1-2 horas de su semana para “X” cosa que tienen ganas de hacer, ¡eso me haría tan feliz!
Que alguien sienta que es posible, y que tampoco tiene que pensar en hacerlo por un año entero, o para siempre, puede pensar en probar tres meses una hora por semana, y a ver cómo le va. Puede que termine gustándole, o no, pero esa satisfacción de no quedarse con las ganas … yo creo que todos podemos entenderla.
Para terminar, les cuento que no pude hacer la presentación en vivo, el COVID no lo permitió; pero me queda ahí pendiente para el futuro, porque sí me gustaría mucho tachar eso de mi lista.
También me queda pendiente contarles de mis clases de piano, baile, boxeo y dibujo, así como de otros pedacitos del pastel de 168 horas que me como todas las semanas.
¿Y vos qué mini proyectos o mini aventuras has hecho y cómo te fue? Me encantaría si luego me contás. Abajo está la cajita de comentarios, o en mis redes podemos conversar también.
Agradezco mucho que hayás leido mi artículo,
y espero que estés muy bien.
¡Chao!